Tenia 13 años cuando una pandilla de malnacidos sacaron a su padre de casa. Jamas volvió a verlo, y no fue sino en 2018 cuando consiguió que el ayuntamiento de Guadalajara diera el permiso para las excavaciones en la fosa común donde estaban su padre junto a otras 25 personas. Ascensión deja un vació que jamas podremos llenar, se lleva con ella una parte de todos los que creemos en la Memoria, la Justicia y la Reparación.