
que la mujer llegue a su verdadera emancipación debe dejar de lado las
ridículas nociones de “ser amada”, “estar comprometida”.
Su defensa de los derechos de las minorías, como de los
homosexuales, a quienes llamaba “el sexo intermedio”, le ocasionaron
serios problemas con las autoridades y el moralismo rancio de las sociedades
occidentales.
homosexuales, a quienes llamaba “el sexo intermedio”, le ocasionaron
serios problemas con las autoridades y el moralismo rancio de las sociedades
occidentales.
Las
distintas dimensiones del amor libre, emergían así entonces, con una claridad
positiva, puesto que reducir el amor a la simple humedad de un acto sexual, era
quitarle todo su poder expresivo.
(Nota este espacio esta dirigido y presentado por Edmundo Fayanas, Profesor de historia)