A las más de 200 agrupaciones republicanas registradas en el Ministerio del Interior.
Y ahora qué. Volveremos
según costumbre a drogarnos
oyendo el Himno de Riego,
decir que estamos luchando
con valor por nuestra idea,
como siempre, sin cansarnos
de imitar los mismos gestos,
las palabras y los actos,
sin movernos ni aburrirnos
de seguir todos los años
el mismo ritual vacío,
y a continuar esperando.
Pero aquí nadie hace nada,
perdemos el tiempo hablando
de lo que haremos el día
cuando en el cielo veamos
la bandera tricolor
con gloria y fasto ondeando,
pero nadie cuenta cómo
se erguirá sobre lo alto
de todos los intereses
que la habían exiliado,
cómo volverá a instalarse
sin traerla nuestras manos.
Qué valientes somos todos
cuando en la calle gritamos
perdidos entre la gente
que somos republicanos,
aunque nadie se pregunta
por qué no lo demostramos
pasando a la acción directa
si es que tenemos redaños,
y no sólo lengua larga
con la que nos lamentamos
de soportar tantos golpes
sin procurar remediarlos.
Si somos lo que decimos
hay que juzgar a Juan Carlos
por las 1.500 putas
que sin querer le pagamos,
junto a los dos mil millones
bien ocultos en los bancos
de Suiza, su única patria,
por comisiones cobrados,
que es como robar al pueblo
durante todo el reinado,
como es sabido de sobra,
porque se lo toleramos.
Y es más grave todavía
que como herencia ha dejado
sucesor a un hijo torpe
culposamente casado
con mujer impertinente
de gestos tan depravados
que quiso romper el cuello
de su suegra a manotazos
en la puerta de una iglesia,
como queda retratado:
si así maltrata a la suegra
qué nos hará a los vasallos.
En cuanto a su hija la lista,
tan lista que se ha pasado,
también se dedicó al robo,
pero ella de guante blanco,
y el marido de ayudante,
jugador de balonmano
que tiene las dos muy largas
para hacerse millonario,
tan torpe con sus jugadas
que en el cárcel ha acabado:
por ser un consorte sólo
toda la culpa ha pagado.
Siempre la borbonería
malamente se ha portado,
desde aquel Felipe V
que era demente y malvado,
con algunos criminales
como el séptimo Fernando
y una Isabel supergolfa
y un Alfonso destronado.
Dos repúblicas ha habido.
¿Qué hemos de hacer acordados
para que la historia juzgue
que fuimos republicanos?
Arturo del Villar, poeta republicano.