1 de mayo en Chicago por Joaquín Soler

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“Lo que uno posee es lo que pierde.” Epíteto

Crónica del poeta José Martí para el diario argentino La Nación:

El 1 de mayo de 1886 en Chicago, en la fábrica de maquinaria agrícola Helmans se ha conseguido un acuerdo para regular la jornada laboral en ocho horas, cumpliendo la ley del presidente Andrew Johnson de 1868. Según la propuesta del médico australiano Thomas Embling de 1856: “Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso.” Los trabajadores han salido del recinto alegres y cantando canciones populares.

Por la tarde en la plaza de Haymarket se ha celebrado una fiesta popular con baile y fuegos artificiales para conmemorarlo. La policía se ha mantenido en el perímetro. Los diarios de la mañana redactan editoriales destacando con entusiasmo el acuerdo. Publican en la primera página, los retratos de los representantes escogidos:

George Engel, 50 años, tipógrafo,

Adolf Fischer, 30 años, periodista,

Albert Parsons, 39 años, periodista,

August Spies, 31 años, periodista,

Louis Lingg, 22 años, carpintero.

Pero lo que sucedió esos días fue muy distinto.  Centenares de trabajadores, sindicalistas y estudiantes, cada uno con su nombre y apellidos, quedaron en el camino de lucha por los derechos básicos. Héroes anónimos la mayoría olvidados, pertenecientes a sindicatos y formaciones políticas, dispuestos a combatir por la justicia y la libertad.

No lo pensaron dos veces, salieron a la calle, a su puesto de trabajo, a defender su dignidad y sus derechos. No se preguntaron ni se cuestionaron, si eran comunistas, socialistas, republicanos, sindicalistas, anarquistas, judíos o gitanos. Fue una pelea prolongada en el tiempo con el esfuerzo de muchas manos y de muchos puños al aire.

Hoy parece que nadie está dispuesto a reivindicar su legado. La memoria no es el pasado, es la dignidad de todos los hombres y mujeres que cavaron las trincheras y abrieron los caminos antes que nosotros. Recordarlos es nuestro deber, una necesidad del presente y de un futuro digno para toda la humanidad. Ellos ya cumplieron ante la historia. ¿Hasta dónde estamos nosotros dispuestos a luchar?

“La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”.

José Saramago

Salud y Republica a todos.

Joaquín Soler, arquitecto. Vocal de la Junta Federal de Unidad Cívica por la Republica UCR.

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